El compositor de los versos de Matilde Lina, Leandro Díaz, falleció este sábado en la madrugada a los 85 años de edad.

El maestro Díaz vivía hasta este fin de semana en Valleduparen compañía de su familia, su hijo Ivo Díaz, su nuera, la madre y abuela de su nuera, otro de sus hijos y con tres nietos.

Díaz había ingresado a una clínica de Valledupar el viernes en la mañana con un cuadro febril, descompensación hemodinámica alteración del estado de conciencia entre otras afecciones, según el parte médico.

El juglar nació en Hatonuevo, un pueblo de la Baja Guajira ubicado en mitad de la serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta, que alcanzó la categoría de municipio en 1994 en medio de la fiebre carbonífera de El Cerrejón.

Su más grande amor fue Matilde Lina -como el mismo lo reconocía- la mujer que le provocó innumerables insomnios y la que sirvió de inspiración para organizar las letras de una de las canciones más representativas del folclor nacional. Leandro admitió que aquella mujer, que al caminar hacía sonreír la sabana, fue un milagro musical: Un mediodía que estuve pensando (bis) En la mujer que me hacía soñar Las aguas claras del Río Tocaimo Me dieron fuerzas para cantar. Llegó de pronto a mi pensamiento Esa bella melodía…

Su ceguera de nacimiento y el crecimiento de su sordera dxe los últimos años no fueron impedimento para que este criollo bondadoso compusiera más de 350 canciones con unos versos tan bien logrados que hasta el nobel de literatura Gabriel García Marquez incluyó uno en una de sus obras, 'El Amor en los Tiempos del Cólera'.

En 1985, tres años después de haber ganado el Premio Nobel de Literatura, García Márquez publicó ese libro con el siguiente epígrafe que sucede a la página dedicada a su esposa Mercedes: “En adelanto van estos lugares: ya tienen su diosa coronada”. Y en la parte inferior, el crédito al autor: Leandro Díaz.