Cuando AKSEL VERNER LARSEN, misionero pionero de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, llegó al país el doce de mayo de 1937, era un miercoles. Ese día llegaban lo despojos mortales del Enrique Olaya Herrera a Panamá, rumbo a ser sepultados en Colombia. Habia fallecido en Roma, miesntras fungía como embajador ante la Santa Sede. Esa misma noche iba a ser coronado como Rey de Ingleterra, Jorge VI. Meras coincidencias históricas. Pero que muestran como los hechos que se suscitan en diversos niveles y ámbitos, se entrecruzan y a veces influyen, o relacionan, en forma directa, o indirecta.

Es por esa que quisiera presentar de qué manera la realidad social, económica y política de nuestro país se prestó, o fue un reto, que permitío crecer a la Iglesia Pentecostal Unidad de Colombia, pero a su vez, cómo ella ha podido influir en lo ámbitos regionales u nacionales de nuestro acontecer como país.